C. es uruguaya de 71 años y vive en España hace varios años, junto con su hija y sus nietas, que son su única familia. Está empadronada hace más de tres años y antes sí tenía tarjeta sanitaria. Padece una enfermedad cardiovascular crónica. Ha tenido que ingresar varias veces por urgencias, ya que es la única vía de acceso al sistema de salud que les está permitida. Ya he recibido varios avisos de facturación y carece de medios económicos para pagarlas.
Al persistir la insuficiencia respiratoria es remitida al hospital especializado con necesidad de cirugía urgente para sustitución de válvula aórtica. Junto con el alta hospitalaria recibe un informe médico que la deriva a seguimiento por su médico de cabecera. Pero, cerrando el círculo vicioso, no puede recibir este seguimiento porque no dispone de tarjeta sanitaria.