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Hombre saharaui, de 56 años. Tenía tarjeta sanitaria antes de la entrada en vigor de la reforma sanitaria. Presenta diagnóstico de Insuficiencia Renal por lo que entra en programa de Hemodiálisis desde diciembre de 2012. En aquel momento se le incluyó en la lista de espera para trasplante renal.


Con fecha 1 de septiembre de 2012, le comunican por escrito desde el Hospital Universitario de Canarias que debe acreditar su condición de asegurado por medio del INSS o, en caso contrario, deberá abonar todos los gastos médicos (incluida la hemodiálisis). Se paraliza este procedimiento por la mediación de la trabajadora social del centro, en base al criterio de Proceso Abierto con Anterioridad a entrada en vigor el Real Decreto Ley 16/2012.


En octubre de 2013 le realizan trasplante renal. También consigue tramitar la tarjeta sanitaria en base a la Orden de 16 de Agosto de 2013. Cuando recibe el alta un mes después, la familia del paciente se pone en contacto con Médicos del Mundo porque no cuentan con recursos económicos suficientes para hacer frente a los gastos de medicación que precisa (ya que debe aportar el 100%). Este tratamiento de largo plazo es fundamental y condiciona su supervivencia. Si no lo obtiene, la consecuencia sería un alto riesgo de rechazo del trasplante renal con claro empeoramiento de su salud, lo que requeriría ingreso hospitalario con mayor gasto sanitario y alta probabilidad de regreso al programa de hemodiálisis.